Vecinos de Cabo de Cruz abuchean a los opositores de las obras portuarias
Una decena de manifestantes secundaron el acto reivindicativo, frente a más de doscientos residentes
X. Noal
Midiendo las fuerzas, el nivel de rechazo a las obras del puerto de Cabo de Cruz fue testimonial, puesto que solo una decena de personas, nueve de las cuales procedían de fuera del municipio, participó en la manifestación que ayer por la tarde tuvo lugar en las instalaciones pesqueras, frente a los más de doscientos vecinos que, repartidos en grupos y situados en varias partes del muelle, abuchearon a los protestantes invitándolos a marcharse del lugar y acusándolos de estar contra el progreso de la parroquia.
Sobre las seis de la tarde llegaron los ecologistas de Verdegaia a la zona portuaria. Allí se encontraron con un amplio despliegue de Guardia Civil repartido en siete vehículos. La presencia de los miembros del cuerpo de seguridad estaba justificada porque los residentes habían anunciado su intención de acudir al muelle para expresar su apoyo al desarrollo de las obras portuarias y los ánimos de algunos estaban muy exaltados.
A pesar de todo, el acto de protesta se desarrolló sin ningún incidente, más allá de los abucheos de los vecinos de Cabo de Cruz. Los chavales desplegaron dos pancartas, una de las cuales identificaba a la entidad Verdegaia y la otra abogaba por la defensa de la ría. Desde la explanada recorrieron todo el puerto y la zona en la que se están efectuando las obras.
A medida que iban avanzando, de los grupos de residentes con los que se encontraban recibían increpaciones y abucheos.
Los manifestantes repartieron un folleto con consignas como «a destrución dos bancos marisqueiros non é progreso», «o noso futuro está no marisco, e non nos amarres para os ricos», «paremos este despropósito antes de que sexa tarde de máis» y «SOS o novo peirao vai estragar o banco de Curvera».
Sin apoyos
Una vez que llegaron a la punta del muelle, la decena de manifestantes regresó a la explanada y fueron abucheados otra vez. Cuando hacían declaraciones a las televisiones los improperios subieron de volumen, hasta que algunos de los contramanifestantes invitó a dejar hablar a los ecologistas. Acto seguido se dio por concluido el acto y los congregados a favor de las obras destacaron que nadie de Cabo de Cruz secundó la protesta: «Só o chaval que alporizou todo participou na manifestación, o que queda demostrado que o pobo está coas obras, porque son necesarias tanto para protexer os barcos como para o progreso da parroquia».
Los vecinos recordaron que las obras del puerto, especialmente las que acogerán las instalaciones deportivas, vienen siendo reivindicadas desde hace casi unos veinte años. A la hora de hacer memoria, desde que empezaron las gestiones pasaron por la Xunta tres presidentes, cinco responsables de Portos de Galicia y tres alcaldes de Boiro, y todas las autoridades apoyaron las reivindicaciones de las entidades marineras de O Castro y del municipio, de ahí que exista una especial sensibilidad con la obra portuaria, ya que a los beneficios que acarreará a las distintas flotas hay que añadir que el puerto deportivo, de efectuarse tal y como se pretende, pasará a ser el más grande de la ría de Arousa y, con él, se abrirá una alternativa para el desarrollo del núcleo.
Los presentes desmintieron que las obras estén afectando a un banco marisquero y a los parques mejilloneros, como argumentaban los ecologistas de Verdegaia que convocaron la manifestación.
Una decena de manifestantes secundaron el acto reivindicativo, frente a más de doscientos residentes
X. Noal
Midiendo las fuerzas, el nivel de rechazo a las obras del puerto de Cabo de Cruz fue testimonial, puesto que solo una decena de personas, nueve de las cuales procedían de fuera del municipio, participó en la manifestación que ayer por la tarde tuvo lugar en las instalaciones pesqueras, frente a los más de doscientos vecinos que, repartidos en grupos y situados en varias partes del muelle, abuchearon a los protestantes invitándolos a marcharse del lugar y acusándolos de estar contra el progreso de la parroquia.
Sobre las seis de la tarde llegaron los ecologistas de Verdegaia a la zona portuaria. Allí se encontraron con un amplio despliegue de Guardia Civil repartido en siete vehículos. La presencia de los miembros del cuerpo de seguridad estaba justificada porque los residentes habían anunciado su intención de acudir al muelle para expresar su apoyo al desarrollo de las obras portuarias y los ánimos de algunos estaban muy exaltados.
A pesar de todo, el acto de protesta se desarrolló sin ningún incidente, más allá de los abucheos de los vecinos de Cabo de Cruz. Los chavales desplegaron dos pancartas, una de las cuales identificaba a la entidad Verdegaia y la otra abogaba por la defensa de la ría. Desde la explanada recorrieron todo el puerto y la zona en la que se están efectuando las obras.
A medida que iban avanzando, de los grupos de residentes con los que se encontraban recibían increpaciones y abucheos.
Los manifestantes repartieron un folleto con consignas como «a destrución dos bancos marisqueiros non é progreso», «o noso futuro está no marisco, e non nos amarres para os ricos», «paremos este despropósito antes de que sexa tarde de máis» y «SOS o novo peirao vai estragar o banco de Curvera».
Sin apoyos
Una vez que llegaron a la punta del muelle, la decena de manifestantes regresó a la explanada y fueron abucheados otra vez. Cuando hacían declaraciones a las televisiones los improperios subieron de volumen, hasta que algunos de los contramanifestantes invitó a dejar hablar a los ecologistas. Acto seguido se dio por concluido el acto y los congregados a favor de las obras destacaron que nadie de Cabo de Cruz secundó la protesta: «Só o chaval que alporizou todo participou na manifestación, o que queda demostrado que o pobo está coas obras, porque son necesarias tanto para protexer os barcos como para o progreso da parroquia».
Los vecinos recordaron que las obras del puerto, especialmente las que acogerán las instalaciones deportivas, vienen siendo reivindicadas desde hace casi unos veinte años. A la hora de hacer memoria, desde que empezaron las gestiones pasaron por la Xunta tres presidentes, cinco responsables de Portos de Galicia y tres alcaldes de Boiro, y todas las autoridades apoyaron las reivindicaciones de las entidades marineras de O Castro y del municipio, de ahí que exista una especial sensibilidad con la obra portuaria, ya que a los beneficios que acarreará a las distintas flotas hay que añadir que el puerto deportivo, de efectuarse tal y como se pretende, pasará a ser el más grande de la ría de Arousa y, con él, se abrirá una alternativa para el desarrollo del núcleo.
Los presentes desmintieron que las obras estén afectando a un banco marisquero y a los parques mejilloneros, como argumentaban los ecologistas de Verdegaia que convocaron la manifestación.
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